viernes, 24 de junio de 2011

La organización de la anarquía (parte 2)

Algo muy importante para entender toda esta organización es que nadie manda, todo se decide por consenso. Todo el mundo es bienvenido a las asambleas, incluso sin pertenecer a la comisión o grupo de trabajo, y pueden dejar sus opiniones y someterlas a votación. Incluso la participación en las comisiones, el núcleo de apoyo de la acampada, es libre aunque depende de las necesidades de la comisión en cada momento.

A pesar de algunas deficiencias, como el solapamiento de responsabilidades entre comisiones o la dispersión de la información, uno no puede más que asombrarse de las estructuras que han surgido y su funcionamiento. La organización de la plaza es completamente orgánica y evolutiva, más parecido a un ser vivo que va mutando y adaptándose que a una máquina que va rediseñándose. Para entender la plaza hay que seguir una mentalidad "bottom-up", de abajo a arriba, en la que la gente se une y dispersa para satisfacer necesidades, en lugar de una en la que se mira desde arriba las necesidades y se decide qué hace falta o qué sobra.

La autoorganización no es un fenómeno único de seres humanos, ni siquiera de los seres vivos. Incluso entre seres humanos hay casos en los que ni siquiera es voluntario ni consciente. Un ejemplo muy llamativo es el Puente del Milenio en Londres, explicado en por Steven Strogatz en TED, en el que la gente terminaba andando al unísono debido al balanceo del puente. Una simplificación de ese fenómeno puede ser colocar una serie de metrónomos con distintos ritmos sobre una plataforma móvil, como en este vídeo.

Pero la sincronización es sólo un tipo de autoorganización. La autoorganización comprende muchos tipos de fenómenos y en animales tenemos muchos ejemplos. Los más llamativos sean quizás las hormigas y las abejas. A pesar de la creencia popular de que la hormiga reina o la abeja reina es la que controla todo el hormiguero, a veces mencionando la telepatía para esto, existe una explicación más sencilla de este fenómeno.

Las hormigas se comunican a través del olfato, las exploradoras dejan un rastro de hormonas desde el campamento hasta una fuente de comida y este rastro se refuerza en función del número de hormigas que pasan por él. El rastro inicial es muy débil y pocas hormigas lo siguen, pero según van pasando más hormigas por él el camino se refuerza. Es tan efectiva esta técnica que incluso se está utilizando para calcular los caminos más cortos entre dos puntos. El reparto de tareas (las hormigas pueden ser exploradoras, limpiadoras o cuidadoras, entreo otros cargos) se realiza de forma similar, una hormiga a través del olfato puede saber cuántas hormigas están desempeñando una tarea y dedicarse a una u otra en función de la necesidad.


Enjambre de abejas (Cortesía de Dude-K)


El caso de las abejas es similar. En lugar de hormonas las abejas utilizan una danza muy complicada en la que a través de la posición del sol, el número de vueltas que dé y otros factores similares transmite su información al resto de abejas. Este baile es visto por varias abejas de la colmena y en función de como valoran la información se deciden por una fuente de comida o por otra, o por un hueco para trasladar la colmena u otro.

En definitiva, la acampada en Sol es un ejemplo de una organización anárquica: todos votan, todos cuentan, todos deciden y el campamento continúa.

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