Siguiendo con la idea de Creativo en su post "Socializar la sociedad", el tema de vender es algo complicado. Realmente vivimos en una sociedad capitalista y, como tal, todo se mueve en función de la oferta y la demanda. Si no hay nadie interesado en mis productos una de dos, o dejo de fabricarlos o los modifico. Las redes sociales están facilitando que exista este feedback lo cual puede considerarse como algo bueno o malo, dependiendo de a quién se le pregunte.
Hay un libro muy bueno, aunque hasta ahora sólo he leído fragmentos, que se llama Cluetrain Manifesto. Habla de la transformación de los mercados en conversaciones. Ya no existe esa asimetría en la comunicación, los consumidores ahora no sólo consumen sino que comentan, piden, analizan y otra serie de cosas que antes no era posible. Se ve esa tendencia a democratizar la relación entre productores y consumidores, pero aún así hay empresas que se aferran a su idea tradicional.
Lo que Creativo criticaba en su entrada es ese esfuerzo que algunas empresas están intentando hacer por adaptarse, que a veces queda vacío y da la sensación que sólo es una tapadera o una manera de vender más. No creo que todo sea fruto de la codicia, quizás espero demasiado de los seres humanos, pero quiero creer que todo esto que se ve es sólo fruto del desconcierto y la agitación de estos tiempos de cambio.
Muchas empresas se creen, ingenuamente, que por tener perfil en Facebook o mantener un blog en el que sólo se habla bien de ellos es suficiente para adaptarse a los nuevos tiempos. Otras muchas buscan formas de retorcer todo esto para seguir haciendo negocios a su manera. Sólo unas pocas han entendido que esto de la Web 2.0 trata de escuchar, de conectar realmente con quienes compran o usan tus productos y no reducirles a "clientes", "targets", "usuarios" o "consumidores". Se trata de romper esa barrera, de estar todos al mismo nivel. Se trata, al fin y al cabo, de conversar.
Mi consejo, como mero consumidor, sería que no se buscara un beneficio a corto plazo, que se aprendiera a dar antes de recibir y a escuchar antes de hablar y que no se silenciaran las críticas negativas y se aprendiera de ellas. Pensándolo bien, creo que todo esto serían buenos consejos para la vida.